En 75 % de los directores de empresa afirman que las actividades de su empresa dependen en gran medida de la innovación, En consecuencia, replantearse el papel de las TI se está convirtiendo en un imperativo estratégico. Un departamento de TI al servicio de la empresa es un departamento de TI que apoya el crecimiento y crea una ventaja competitiva sostenible.

Los departamentos de TI suelen presentarse como los artífices de la transformación digital de las empresas. Esta visión, aunque atractiva, oculta una realidad más compleja: muchas organizaciones de TI siguen operando en el vacío, a veces considerándose indispensables mientras pierden de vista su misión principal. Las TI deben centrarse firmemente en el negocio al que sirven.

Romper silos para crear valor

El primer paso para el éxito de la transformación es replantearse a fondo la organización del departamento de TI. El objetivo ya no es estructurar los equipos en torno a competencias técnicas, sino organizarlos en torno a las necesidades de la empresa. Este enfoque implica desplegar Business Partners lo más cerca posible de los departamentos de negocio, creando una interfaz permanente entre TI y los retos operativos de la empresa.

Esta proximidad nos permite ir más allá de una simple relación cliente-proveedor y construir una auténtica asociación estratégica. Cuando el departamento de TI conoce a fondo los retos empresariales, puede anticiparse a las necesidades, proponer soluciones innovadoras y apoyar proactivamente la estrategia de la empresa. Es este cambio de actitud el que transforma un departamento de TI poco imaginativo en un codiciado impulsor del rendimiento.

La interfuncionalidad como motor de la eficiencia

Más allá de los silos organizativos, está surgiendo un nuevo reto. Los proyectos empresariales son cada vez más complejos y están más interconectados. La capacidad de coordinar iniciativas interfuncionales se está convirtiendo en un importante factor diferenciador. El Departamento de TI debe desempeñar el papel de director de orquesta, garantizando que los proyectos y las prácticas empresariales estén coordinados y sean coherentes con los procesos empresariales.

Esta dimensión interfuncional es especialmente importante en proyectos de gran envergadura, como la implantación de sistemas ERP, que no pueden llevarse a cabo sin una perfecta coordinación entre las tecnologías de la información y la empresa. Es este enfoque el que evita los silos y crea una sinergia real entre las distintas funciones de la empresa.