¿Por qué limitar la belleza a los objetos decorativos cuando puede enriquecer todos los aspectos de nuestra vida cotidiana? Pasamos una media de 16 horas al día en casa.. En estos momentos, los objetos utilitarios están a nuestro alrededor: utensilios de cocina, accesorios de almacenaje, organizadores, artículos de aseo... Lejos de reducirse a su única función, estos compañeros cotidianos ya no tienen que elegir entre eficacia y belleza; esta reconciliación entre lo útil y lo estético transforma nuestra relación con los objetos domésticos más sencillos.

La epifanía estética de lo cotidiano

"La vela de un barco no es hermosa cuando está bajada, sino cuando el viento la hincha e inclina todo el mástil, llevando el barco mar adentro".

Estas palabras del filósofo francés Gilbert Simondon nos invitan a reflexionar sobre la belleza de los objetos que nos rodean. Para este especialista en epistemología y filosofía de la tecnología, la belleza de los objetos es inseparable de su función y del modo en que se integran en su entorno: "Todo objeto técnico, móvil o fijo, puede tener su epifanía estética, en la medida en que amplía el mundo y se convierte en parte de él.

Como la vela de un barco, la belleza de un objeto utilitario reside en su utilidad y en su capacidad para integrarse armoniosamente en nuestra vida cotidiana. Revela su belleza en acción, cuando prolonga con naturalidad nuestros gestos. Un organizador que transforma un cajón caótico en un espacio ordenado, una papelera que estructura el espacio sin dejar de ser discreta, utensilios de cocina que nos ayudan a preparar una comida al tiempo que dan vida a la cocina como espacio funcional.

Cuando el diseño nace de la función

Esta belleza funcional se opone a las "parodias" denunciadas por Simondon, en las que el objeto técnico se oculta tras una fachada decorativa. La estética surge de la propia función, creando la armonía natural que caracteriza al buen diseño.

La distinción tradicional entre objetos artísticos y objetos utilitarios se está difuminando gradualmente. Mientras que un objeto de arte se crea para ser contemplado, el objeto utilitario contemporáneo también aspira a comunicar una emoción, una visión estética, al tiempo que satisface una necesidad práctica.

Home Beauty: belleza al alcance de todos

Este pensamiento está en perfecta sintonía con el concepto de Home Beauty: transformar el hogar en un lugar bello, funcional e inspirador. Los objetos utilitarios se convierten en protagonistas de este enfoque, participando en la búsqueda de la armonía doméstica.

En lugar de estar sometidos a la presencia de elementos puramente funcionales, nos convertimos en actores de nuestras propias elecciones estéticas. Cada objeto, incluso el más humilde, puede contribuir a crear espacios que nos reflejen y nos tranquilicen.

La inteligencia del diseño accesible

Esta reconciliación de lo útil y lo bello forma parte de un impulso más amplio por democratizar el diseño. Marcas como 5five encarnan esta visión a través de su promesa de crear productos prácticos diseñados para ser realmente útiles en la vida cotidiana.

En 5five, este enfoque no es puramente funcional: aunque favorece un diseño justo y sin florituras, donde cada detalle cuenta, los materiales elegidos son igual de importantes. 80 % de los productos que pueden optar a la certificación de la marca cuentan ahora con la certificación FSC®, y el impacto medioambiental y social de 75 % de todas las referencias se ha evaluado mediante la herramienta The Good Living Score.

Más que simples herramientas, los objetos utilitarios de nuestra vida cotidiana se eligen a menudo con cuidado, para que duren, sirvan y se integren armoniosamente en nuestros interiores. Al combinar practicidad y estética, contribuyen a crear ambientes en los que la funcionalidad y la armonía coexisten con naturalidad.