Sinónimo de confort, elegancia y suavidad, las alfombras son una de las piezas clave más discretas del diseño de interiores. Esto se refleja en el crecimiento del mercado mundial, cuyo valor ascendía a 41.900 millones de dólares en 2024 y se espera que alcance los 65.000 millones de dólares en 2033, lo que representa un crecimiento anual de casi el 5 %. Redonda, cuadrada, rectangular, con flecos, de pelo largo, de lana o algodón, la alfombra en todas sus formas y tamaños se convierte en la base sobre la que descansa el ambiente de un espacio.

Todo es cuestión de proporciones

En el arte de vestir una habitación, la proporción prima sobre cualquier otra consideración. La alfombra debe interactuar con los volúmenes, el mobiliario y la superficie disponible. Si es demasiado pequeña, parece aislada; si es demasiado grande, domina. El equilibrio se encuentra en la relación adecuada entre la alfombra y el mobiliario.e dimensiones y uso.

 

Una alfombra bien elegida puede ampliar visualmente una habitación pequeña o dar calidez a una zona grande y fría. La forma también influye en la percepción: una alfombra rectangular acentúa la perspectiva, una redonda suaviza las líneas y una de pasillo acentúa la longitud.

La habitación

El dormitorio puede transformarse en un capullo con la alfombra adecuada. Debajo de una cama doble, una alfombra de 80 cm a cada lado envolverá la habitación, ofreciendo un suave despertar. Una alfombra de 200 x 300 cm es el complemento perfecto para una cama "doble". tamaño queen ". 

En un espacio más reducido, dos barandillas de 70 x 140 cm a cada lado de la cama combinan comodidad y elegancia.

El corredor

Los pasillos suelen descuidarse, pero una alfombra que resalte su profundidad puede marcar la diferencia. Un modelo de 80 x 250 cm deja a la vista unos 10 cm de suelo a cada lado, lo que aporta ligereza y equilibrio. 

La exposición

En el salón por excelencia, el impacto de una alfombra salta a la vista. En un espacio pequeño, una alfombra que cubra la mesa de centro y las patas delanteras del sofá es suficiente para crear unidad. En un salón más grande, una alfombra que cubra toda la zona de asientos crea cohesión y convivencia. Cuando coexisten varios espacios, dos alfombras medianas aportan más estructura que un único modelo de gran tamaño.

El comedor

La regla de oro es que el tapete debe extenderse al menos 60 cm alrededor de toda la mesa para que las sillas permanezcan estables, incluso cuando se mueven hacia atrás. Para una mesa rectangular de 180 cm de largo, se necesita un tapete de 200 x 300 cm. Para una mesa redonda de 120 cm de diámetro, un tapete circular de 240 cm es el complemento perfecto.

Más que un simple accesorio decorativo, una alfombra crea equilibrio en una habitación. Su tamaño, forma y posición determinan la percepción del espacio y contribuyen a la armonía general.